Hay un camino a la República / Pedro A. García Bilbao
Un referendum por el tema republicano es un absurdo en la situación española actual . En primer lugar porque es ilegal, no es posible hacerlo. La Constitución del 78 (CE78) está pensada para defender el régimen y convierte los referéndum en consultivos, —no es obligatorio el resultado—, potestativo del gobierno —no se puede obligar al gobierno a convocarlo, se hacen si ellos quieren—, y sobre temas no centrales de la constitución del estado —la ley impide preguntar sobre la forma de estado—.
Por otra parte para que haya un referéndum libre se precisa también debate público y en condiciones de igualdad de las partes en los medios de comunicación, cosa que no tenemos. Ese camino esta cegado. Los caminos para la República deben ser otros. El primero no es otro que la derrota social y política de la monarquía y el tinglado que tapa. ¿Cómo se logra eso? Los que tienen diputados y dicen ser republicanos que aclaren su propuesta. Y lo poco que aclaran no aclara nada. Los que si tenemos una propuesta de acción decimos claro que deben abandonarse los caminos ciegos. Empecemos por aquí.
El referéndum es un engaño, una propuesta placebo que lleva el sentimiento republicano a ninguna parte y que, nada casualmente, no es siquiera recogido como compromiso electoral, cosa que por, ejemplo, si lo es el de Catalunya; el referéndum en Catalunya ha pasado ahora a llamarse «consulta«, ¿por qué? Pues por los mismos problemas de todo referéndum que hemos expresado. Existe además una diferencia: en Catalunya hay una defensa explícita y un compromiso claro de los partidos y los diputados, como expresión de un amplio movimiento ciudadano en pro de la independencia y de la República catalana. Es sencillamente un escándalo de primera magnitud que sean únicamente los independentistas los que empleen abiertamente la palabra república mientras la izquierda con una perspectiva de alcance nacional la considera no prioritaria y la elude en su línea estratégica y parlamentaria. Esto es algo perfectamente posible. Hay partidos en Catalunya que han acudido a las elecciones a las Cortes con el objetivo explícito de la República, la catalana, sin duda, pero ¿donde está el equivalente en los partidos no independentistas? No existe. No hay ninguno que defienda la ruptura y la república como eje central de su línea estratégica a nivel nacional. No lo hay, por tanto quienes entre ellos digan defender un referéndum republicano no están siendo sinceros, o en el mejor de los casos se limitan a defender en un segundo plano esa propuesta para no separarse de su base militante y electoral que se define en su mayoría como republicana, pero sin que tal concesión se traduzca en línea estratégica como es el caso independentista.
Sobre este tema nos atrevemos a señalar dos hipótesis: la primera es que hay mucho voto republicano partidario de una ruptura con el régimen del 78 que ha sido atraído por el independentista ante la dejadez y abandono de la idea de ruptura entre la izquierda estatal. La segunda es que incluso los que se llaman independentistas consideran legítimo al gobierno de Madrid, y que no cuestionan la validez de la Constitución de 1978 en Madrid, limitándose a rechazarla como válida en Cataluña. No es de extrañar si se tiene en cuenta de que entre las complicidades que permitieron la salida impune del franquismo y el actual régimen están buena parte de los que hoy se llaman independentistas.
Llegados a este punto, los defensores hipotéticos de la salida referéndum se sacan de la manga un concepto mágico: el proceso constituyente. ¿Un proceso constituyente? ¿Y eso qué es?, nos preguntamos. Un concepto muy técnico y complejo que ahora está en boca de muchos. Deben aclarar qué es eso los que lo defienden; no es un a recogida de firmas, una ILP a lo grande, ni una consulta en redes sociales masiva, no es sacar a los militantes con una caja de zapatos a la calle para hacer una consulta. Proceso constituyente es algo que implica ruptura con un régimen anterior, lo organizan los gobiernos provisionales tras una ruptura y no parece que tengamos eso en perspectiva cercana ahora. Casualmente lo defienden los mismos que dicen que la República no es prioritaria, que no lo incluyen en los debates electorales y que lo sacan de la acción parlamentaria y la línea estratégica. En otras palabras. Usan «proceso constituyente» como se usó «democracia» en el 77: para impedir que que oiga la palabra República. Hemos de preguntarnos que tipo de proceso de este tipo con garantías se puede lograr en un estado como el actual basado en la impunidad del franquismo más total.
Conviene recordar que en 1977 no hubo proceso constituyente, pues las elecciones no fueron convocadas expresamente como tal, con la apelación directa a la soberanía popular. En 1977 el marco legal eran las Leyes del Movimiento, corregidas por la Ley de Reforma, pero sobre todo por el hecho de que el Rey, segundo jefe de estado de la dictadura, tenía plenos poderes para hacer lo que quisiera y lo que quiso fue una reforma del régimen que diera paso a una forma democrática basada en la más total y completa impunidad del franquismo. No faltaron cómplices. El único proceso constituyente puro convocado en España fue el del junio de 1931, organizado por el Gobierno Provisional de la República formado en Abril de 1931, fruto de la ruptura con la monarquía. Debe recordarse que ninguna de las dos repúblicas españolas históricas vino a través de procesos constituyentes, sino que por el contrario, fue la República la única que lo propició. ¿Significa esto que no hay salida, que no hay un camino a la República? Desde luego que no.
¿Son importantes los referendum? Empecemos por denunciar los dos organizados por la dictadura para traer la monarquía primero y hacer regresar a los Borbones después. ¿Cuantos diputados hay ahora dispuestos a decir en forma clara y en alto que no aceptan tales referéndum y que por tanto la CE78 está afectada en su legitimidad de origen? No se olvide que si entró en vigor fue por la firma del Rey, no por el referéndum de 1978, este se celebró obligatoriamente por la Ley de Reforma Política hecha por los franquistas. ¿Es muy técnico este argumento? ¿No lo es hablar de procesos constituyentes?
El camino a la Republica empieza por la voluntad de emprenderlo y llegar al objetivo y pasa por poner todos los recursos y todas las voluntades a u servicio. Quienes tienen representación parlamentaria hoy y dicen ser republicanos tienen desde luego la mayor responsabilidad. Y no están haciendo nada en este sentido, más bien al contrario, sólo aportan esperanzas vacias y engaño, su línea de acción en estos años no ha logrado avance alguno: abdicó el Borbón y vino el Borbón nuevo, sin que en aquellos días en los que el régimen atravesó su peor crisis de imagen y de debilidad, y en los que cientos de miles de personas salieron a la calle, no hubiera ni un solo dirigente a nivel nacional que tomara la palabra, sin que diputados y concejales se movilizaran y dieran una respuesta política en clave de mensaje de ruptura y república con un llamado a unir fuerzas electorales y sociales para derrotar al régimen. Al contrario, boicotearon todos los intentos que se hicieron. y apostaron por los engaños del referéndum que nada significa en realidad
Fue en esos días cuando, visto el juego dominante, nació el colectivo AL SERVICIO DE LA REPÚBLICA y nuestra propuesta de Alianza Repúblicana a la que se ha sumado Alternativa Repúblicana, un partido a nivel nacional totalmente identificado con la causa de la República y heredero del republicanismo histórico claramente. Nosotros desde luego que sí tenemos unos principios y unos valores republicanos —no somos los únicos evidentemente— , pero sobre todo compartimos una voluntad clara de luchar por el objetivo de la República. Hay un camino y una propuesta de acción estratégica para la República. Claramente. Estamos en ello.