Algunos datos e información sobre la iniciativa de Yolanda Díaz
Artículo sobre la asociación creada por Yolanda Díaz, Sumar. Ha sido publicado en El periódico de España
Las claves de Sumar: tres fundadores vinculados a Yolanda Díaz, pago de cuotas y al menos una reunión anual / Ana Cabanillas
La asociación Sumar, creada por Yolanda Díaz como trampolín para articular los primeros pasos de su candidatura sin depender del resto de partidos, ya tiene definidas sus líneas generales. La plataforma, que no estaba en un primer momento llamada a tener protagonismo alguno en el proyecto de la dirigente gallega, está dirigida por un reducido núcleo de confianza de la vicepresidenta y sus normas fijan una serie de obligaciones, como una reunión anual o el pago de una cuota a todos los que quieran asociarse. La Junta Directiva de Sumar, el único órgano de gobierno que opera actualmente, está formado por tres personas muy próximas a Díaz; una dirigente política gallega, una abogada y un politólogo que en su momento participó en el lanzamiento de Podemos junto a Iñigo Errejón.
La persona que figura como representante legal y presidenta de Sumar es Marta Lois González, profesora universitaria y edil de Compostela Aberta, un partido de confluencia ciudadana del que es portavoz, y con el que formó parte del gobierno municipal de Martiño Noriega, alcalde que lideró uno de los llamados ayuntamientos del cambio en Santiago de Compostela.
El pasado abril, Yolanda Díaz viajó a Galicia para reunirse con los exalcaldes de Santiago y A Coruña, Noriega y Xulio Ferreiro, en un acto al que también asistió Lois, y en el que proclamó que «el cambio en España empezó en Galicia«, en referencia al nacimiento de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) en 2012. Una afirmación que da cuenta del papel que tendrá en el proyecto esta región, donde Lois será la cara visible.
Pero la edil no es única responsable de Sumar. Dos personas más la acompañan como equipo fundador; una de ellas es Elena Cardezo, abogada de formación, gallega y persona muy próxima a Díaz, con quien lleva trabajando en el Congreso de los Diputados desde su desembarco en la política nacional en el año 2016. Actualmente es asesora de la vicepresidenta en el Ministerio de Trabajo y ha trabajado durante años en el equipo técnico del grupo parlamentario En Marea, la confluencia gallega de los morados. En la plataforma Sumar, ocupa el papel de tesorera.
El tercer implicado es Luis Jiménez Isac, que formó parte del primer Podemos. Trabajó en la Secretaría Política y el Área de Discurso dirigida entonces por Iñigo Errejón, cuando éste era el número dos del partido. Graduado en Relaciones Internacionales y Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid, este politólogo trabajó desde 2016 como técnico del grupo parlamentario de Podemos en el Congreso para ser cesado un mes después de Vistalegre 2, como parte de los despidos masivos que el partido llevó a cabo de todos los afines a Errejón. Después de aquello, Jiménez Isac se había desvinculado de la política activa. Ahora se ha convertido el tercer fundador de Sumar y miembro de su Junta Directiva en calidad de secretario de la asociación.
El perfil de este politólogo es similar al de otros cuadros que se han unido ahora al proyecto de Yolanda Díaz. Es el caso de Rodrigo Amírola, uno de los asesores de la dirigente que trabajaba para los comuns hasta hace un año, cuando desembarcó como equipo de Gobierno después de que Díaz fuera nombrada vicepresidenta y líder del espacio. Este asesor también trabajó para Podemos en 2016, donde se situó en el llamado errejonismo, para ser después purgado junto al resto de la corriente. Después de trabajar con los comunes en el Parlament catalán, desembarcó en Madrid con la gallega para ayudarle a armar su nuevo perfil presidenciable.
La dirigente gallega también ha explorado en los últimos meses la incorporación a su proyecto de perfiles que formaron parte del partido morado en su nacimiento, y que se fueron descolgando de la formación conforme se agravaba su deriva centralista y endogámica. Es el caso, por ejemplo, del que fuera diputado Pablo Bustinduy, experto en asuntos internacionales que terminó por abandonar la formación y que tiene muy buena consideración dentro de todo el espacio, incluido dentro de Podemos, donde no es habitual mantener los afectos por quien abandona la causa. En la actualidad, hay varios grupos de trabajo activos en torno a Yolanda Díaz, aunque hasta el momento ha sido imposible regularizar su situación, al carecer de un CIF propio que permita autonomía financiera -y contrataciones-, y la ministra de Trabajo sólo ha contado para su empresa con personal adscrito a su departamento institucional.
«Contribuir al pensamiento crítico»
La constitución de Sumar tuvo lugar el 28 de marzo, y la solicitud de inscripción tuvo entrada en el Ministerio del Interior el 1 de abril, aunque el registro no se materializó hasta el 19 de mayo, un día después de que este medio adelantara en exclusiva la creación de la plataforma. Así, el Registro Nacional de Asociaciones completó el proceso de inscripción de Sumar, aunque el plazo máximo para hacerlo era de tres meses desde su recepción.
Entre los fines de la asociación figuran objetivos que van en línea con el llamado ‘proceso de escucha’ por el que Yolanda Díaz hará una gira de encuentros con la sociedad civil para tomar la temperatura social. Entre los objetivos está el de «promover el compromiso democrático y la participación de la ciudadanía en la vida pública», «fomentar y fortalecer la participación ciudadana y de la sociedad civil», «contribuir al desarrollo del pensamiento crítico», así como favorecer «la reflexión y el debate sobre los principales problemas sociales, económicos y políticos de nuestro tiempo«, un objetivo en línea con los objetivos de Yolanda Díaz en los próximos meses. Figura también el objetivo de «procurar el vínculo con movimientos sociales y ciudadanos».
Los estatutos detallan también que ‘Sumar’ tiene entre sus actividades la organización de «encuentros, reuniones, coloquios, congresos y cualquier otro tipo de actos públicos» y que impulsará «espacios de debate, colaboración o cooperación», además de la promoción de cursos, seminarios, charlas o eventos.
Socios y vías de financiación
A nivel organizativo, se fija como órgano supremo la Asamblea General, que «estará formada por todos los asociados» y que deberá reunirse al menos «una vez al año dentro de los cuatro meses siguientes al cierre del ejercicio», además de las reuniones extraordinarias que se convocarán cuando la Junta Directiva -con los tres miembros fundadores- así lo decidan, o cuando una décima parte de los asociados lo pidan por escrito.
En estas Asambleas Generales se vota la deriva de la asociación, y el órgano tendrá que dar el visto bueno con mayoría cualificada -más de la mitad de los votos- a decisiones como la modificación de estatutos, la disolución de la entidad o la remuneración de los miembros de la Junta Directiva, que en estos momentos son gratuitos. Estos cargos, establecen las normas de la asociación, «serán designados y revocados por la Asamblea General», y el mandato durará un año.
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Sumar también se abre a la inscripción de nuevos socios, que se dividen entre los socios fundadores, los tres dirigente arriba nombrados; los ordinarios, que ingresen después de la constitución de la asociación, y de honor, otorgado a perfiles de especial prestigio. Entre las obligaciones de los socios están, además de «compartir las finalidades de la Asociación» y de cumplir los estatutos, pagar una «abonar las cuotas que se fijen»; incumplir la obligación económica de seis cuotas implicará, señalan las normas internas, causar baja en la asociación.
Además de la aportación económica de los socios, también se contempla en los estatutos el sistema de financiación de Sumar, que nutrirá económicamente de «donaciones, legados o herencia que se pudiera recibir de forma legal por parte de los socios o de terceras personas», además de «cualquier otro recurso lícito». Una opción que abre la puerta a un abanico de opciones, como la recaudación de fondos, la percepción de subvenciones o la oferta de servicios previo pago.